Tras cruzar la Frontera Laosiana con algunos problemas, debido a un impuesto corrupto, con los oficiales de la aduana, llegamos a Si Phan Don (4.000 islas). De todas las islas del archipelago escogimos Don Det para descansar y pasar unos dias de relax.
(Pegandonos nuestro especial verano)
A orillas del Mekong, nuestra vida consistio en ponernos finos de pastelitos en la famosa Bakery de Darren, pasear en bici, banarnos a favor de la corriente, visitar los rapidos, reposar viendo puestas de sol...
(Buena cadencia de pedaleo)
Aunque lo mas significativo de todo fue la electricidad producida por un generador de las 18:30 a las 22:00. Este aspecto condicionaba la vida en las islas.
(Mekong, un rio enfurecido)
(Puesta de sol desde nuestro Bungalow) 
(Ese bungalow)
(Yoga)
Mentalizados con una larga jornada de buses nos dirigimos a Vientiane. Anque en menos de media hora ya partiamos hacia Vang Vieng por una carretera de sinuosas curvas y con un conductor que emulaba a los mas grandes del WRC.
Al llegar a Vang Vieng, notamos en seguida el ambiente backpacker. Al mas puro estilo Sort.
(Recien llegados a Vang Vieng) Todos nos moriamos de nervios por hacer la actividad principal: el tubing. Consiste en descender 3,5 Km por un rio con una camara de camion. A las orillas, todo de bares intentan pescarte para que disfutes de su musica, de los bucketts (cubos de playa llenos de alcohol barato), de la gente... En los mejores bares puedes disfrutar de tirolinas con final aguado, swings (una plataforma en el alto de un arbol, con un especie de trapecio por el cual te tirabas al rio tras hacer el pendulo). La mentamos no tener fotografias pero llevar una camara era perdida segura.
(Camino hacia el tubing)Nos despedimos de La Rubia y Javi que fue una gran perdida para el grupo.
(Segundos antes de la despedida)
(Adios con el corazon...)
Seguimos con nuestra ruta con destino Luang Prabang. Es la capital cultural y religiosa del pais, rodeada de templos y monjes.
(Zapatero a sus zapatos. Luang Prabang)
(tradicional carrera de canoas)
Tras pasar dos dias, pusimos rumbo a Huay Xai, paso fronterizo de las puertas de Thailandia.
(Imaginaros como era el camino)
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